martes, 30 de junio de 2009

Partido del 28 de junio. El partido de las pizzas.

Ahora sí nos fue bien.
Vino la super defensa, ya saben "de aquí no pasa o no amanece mañana". También vino V.C.C., la portera. Vino E.V.E., Maya, Peke, S.R.H., la maestra de literatura (se lleva de pelos con nosotros, casi es como una niña más), Mina, Corregidora Z y G, la super delantera. Ah, y también fui yo.
Habíamos estado en la plaza todo el santo día. Total que fuimos todas juntas al partido.
Son en total 12 equipos en el torneo. Íbamos en 11°. Jugábamos contra las de 7°. No es que 7° sea una gran pocisioón , pero la nuestra no lo era tampoco :$
En el primer tiempo nos fue muy bien. Hice un pase muy bonito a la super delantera. El pase se convirtió en gol. Corregidora Z iba por el lado derecho, la super delantera por la izquierda y yo por el centro. Corregidora Z se la pasó a la super delantera, pero la intercepté yo. Oí que Corregidora Z me gritaba que no era para mí, a la vez que las defensas contrarias iban hacia mí. Seguí el balón hacia la super delantera. Se lo pasé de taconcito y desde ahí metió gol.
Hubo otro gol, según yo también de la super delantera, pero no me acuerdo de cómo fue. Luego en una jugada me lo pasaron a mí, pero el balón se fue, se fue, se fue... Grrr, me autoregañé un poquito. El medio tiempo. El profe estaba de tan buen humor que no nos dijo ni pío. sólo dijo que teníamos todo para ganar.
Si en el primer tiempo nos fue bien, en el segundo nos fue mejor. En menos de seis minutos metimos otros dos goles. El primero fue mío. La super delantera y Corregidora Z habían estado haciendo unos cuantos tiros, cada vez más cerca de la portería. Sucedía que la defensas nunca detuvieron el balón, sólo le pegaban y les regresaba a ellas, igual que la portera. yo iba del lado derecho, junto al poste; y Corregidora Z y la super delantera de frente y a la izquierda. Total que en una de ésas el balón va en mis pies. Si se le deja correr es poste. Levanté el pie, rebotó y voló justo a la mitad de la portería, detrás de la portera. GOOOOOOL.
Mientras regresábamos a la media cancha veía de buen humor a la porra, gritando Marianita, Marianita. Así me dicen. Volvió el juego, y si no me equivoco, Corregidora Z metió otro gol. Los casi veinte minutos que quedaban psaron sin goles, sólo jugando. Pero sucedieron tres cosas. En una, V.C.C. casi deja que le metan gol. Es de esas veces que el balón va lentísimo hacia la portería sinque nadie lo empuje, pero sí lo atrapó. En otra, la súper defensa tiró desde media cancha a gol, pero la portera contraria brincó y arrunó lo que hubiera sido un golazo. S.R.H. también hizo un tiro a gol buenísimo, cerquita, cerquita y bastante fuerte, pero le dio a la reja.
Quedamos 4-0, y con un poco de suerte subiremos a la 8° posición.
No es la primara vez que ganamos. La primera vez quedamos 5-1, y también metí un gol. fue igualito, pero por abajo. Fue la misma portería, el mismo tiempo, todo.
Es algo divertido. En nuestras dos victorias hemos estado cansadas. La primera habíamos ido a un rally, y luego a volantear. Fue el día que ganaron los Gallos. Ésta vez fuimos a promocionar la escuela a Galerías. Yo me comí una hamburguesa. También nos habíamos sentado en la banca de la izquierda en la cancha. Yo creo que es porque todas estamos ya programadas juntas para el partido. Vaya vaya. Sea lo que sea, tenemos que volver a ganar.
Es que desde que ganamos el mes pasado, ya quedamos. Si ganamos, el profe nos invita unas pizzas y el último en llegar los refrescos. Hasta ahora no hemos celebrado, pero ya será en la semana.
Nos tomamos una foto. Tan pronto me la envíe la maestra, la pongo en otra entrada.

PD, si me he olvidado de alguien, discúlpeme!!!

Teselaciones

Ahora me he puesto a hacer teselaciones. Sencillitas, pero por algo se empieza. Ahí se las dejo.
Salieron de:
Crea origami
Origami Tessellations

Éste es el de crea origami. Son cuadritos.


Ésta es una variación. Son 4 cuadros de separación, en lugar de dos.


Éste es igual que el de arriba, pero con triángulos, es el de origami tessellatinos.


Y como me dije que también podría hacerlo juntito, como el de cuadros, lo hice. Al inicio me dio flojerilla hundir todos los triángulos. Pero al final lo hice, y me di cuenta que le podía poner dibujitos. Al final parecen estoperoles.




viernes, 26 de junio de 2009

Un cuento más

Estoy escribiendo otro cuento. Trata sobre un niño que tiene un blog secreto. Aquí está el primer capítulo, a ver que les parece. Subiré el segundo en otra entrada, porque ahora me da flojera estar capturando tanto.

El blog de Diego
Entrada del 7 de enero.
La clase de Historia del Colegio Roble era aburridísima. La impartía una maestra cuarentona, chaparrita y algo bigotuda. La clase consistía en que la maestra hablaba por cuarenta minutos de las guerras y las clases sociales, los veinte minutos restantes eran para escribir un resumen. La tarea era hacer un cuestionario. Era una clase tediosa y nunca salía de la rutina. La maestra exponía el tema de forma monótona y sin interrupciones. Nunca organizaba una actividad en el patio, una feria y ya no digamos una película. Normalmente, las clases son aburridas, pero ésta era la clase de historia; sumado a la maestra, la clase era una pesadilla para todos.
Pero no era una pesadilla para Diego. Era su clase favorita. Se debía principalmente a la maestra. Diego adoraba la rutina de la clase. Nunca lo comentaba. Hubiera resultado sospechoso, ya que a nadie le gustaba la clase.
Para él, la Historia era una materia de relleno. En realidad no le ponía atención a la maestra. Le gustaba la clase porque la maestra no le ponía la mínima atención a sus alumnos. Diego usaba esa hora para hacer lo que más le gustaba. Se sentaba en una esquina y se parapetaba detrás del libro de Historia. Dibujaba. A lápiz. Dibujaba paisajes tropicales, caballeros y dragones, viajes y aventuras y situaciones hipotéticas, ridículas y apocalípticas de su ciudad. Durante cuarenta deliciosos minutos se dedicaba a divertirse. Aunque no ponía atención, entregaba buenos resúmenes. En el libro, al final de cada capítulo venían las ideas principales. Las copiaba tal cual y la maestra nunca se daba cuenta. Entregaba el resumen en una hoja suelta, guardaba sus cosas y se iba a la siguiente clase.
Dibujar era un secreto. Nadie lo sabía. Por eso usaba carpetas en vez de cuadernos. Así no tenía que entregarles el cuaderno entero –con dibujos y resúmenes- a sus maestros. Sólo lo sabía Diego y los seguidores de su blog.
Porque Diego tenía un blog, y en un blog, si se tiene cuidado, nadie sabe realmente quién eres. Así que los seguidores veían un blog con dibujos hechos por el Lápiz, el alias de Diego en la red. Pero sólo Diego sabía quién era el Lápiz.
Llegaba a casa a las tres de la tarde. Comía con su mamá y su hermana Pam. Luego, su mamá llevaba a Pam a sus clases de piano avanzado. Se ausentaban dos horas. Durante esas dos horas, Diego reinaba la casa. Ponía música alta y se quitaba los zapatos. Revisaba los comentarios del blog y a veces los contestaba. Escaneaba los dibujos del día y los ponía en una entrada nueva. Escribía “Les he preparado éste. Una doncella tratando de vencer con magia a su némesis, la bruja del monte”. Luego cerraba sesión en el blog y subía las imágenes a su cuenta de correo. Borraba el historial, las cookies y toda huella que quedara de su blog de dibujo. Colocaba cuidadosamente los dibujos originales en un atlas y lo escondía detrás del librero. Luego se relajaba en el sillón oyendo el radio. Cuando oía el motor del coche estacionándose en el garaje, desmontaba la fiesta. Se ponía los zapatos y cambiaba el programa de chistes y bromas pesadas por el de música pop estadounidense. Sacaba los libros y empezaba a hacer la tarea, justo cuando su mamá abría la puerta de la calle. Terminaba la tarea a las nueve, se bañaba y merendaba. No dormía tan temprano como creían sus papás. Daba muchas vueltas en la cama, buscando un tema para la próxima clase de Historia.
Esto era cada lunes y miércoles, cada semana, durante siete meses. Sin interrupción ni variables. Nadie conocía el secreto, y el blog tenía mucho éxito.






¿Qué tal? ¿Un tema desgastado? ¿De flojera? ¿Creen que soy como Diego? Esta última pregunta yo se la respuesta. Este blog no es un secreto. Es secreto en la escuela, pero no en la red, ni en mi casa.


Pero en parte sí quiero ser como Diego. También les dejo un dibujo.



Mi autorretrarto. Jajaja. ;)

jueves, 25 de junio de 2009

Gelatina

Jijiji.
La gelatina caliente, recién preparada y sin cuajar es rica.
Siiiií, de veras.
Mira, dices, "mamá, voy a preparar gelatina porque tengo las uñas blanditas". Para aquel que no lo sepa, la gelatina te hace las uñas duras.
Entonces abres ese paquete tan abollado que lleva cayéndose del estante meses. Pobre gelatina, nadie la quiere. Todos preparan gelatinas de D'Gari, con sabor a anís. Pero las gelatinas de Jell-O de naranja nadie las quiere. Sólo oigo hablar de marcas de gelatinas y me da risa.
Verán, una vez en secundaria, teníamos que preparar una gelatina en la escuela. llevabas dulces, y un tupper, para hacer una célula (era la clase de biología). Yo llevé de las de Pronto, porque se cuajan fuera del refri. Un amigo no traía tupper, entonces vació su estuche y limpió las virutas que salen del sacapuntas. Entonces mi gelatina no se hizo nunca, ni en el refri. Por si fuera poco, los dulces que hacían de aparato de Golgi y ribosomas se revolvieron todos. A los Skwinkles se le cayó el chile y quedó flotando en la gelatina. Total, aprendí mucho de esa práctica: que las gelatinas de Pronto no cuajan nunca.
Por eso aclaro, la geltina era de Jell-O, sabor naranja.
Sacas un cacito de del horno de la estufa. Seamos honestos, nadie hornea en la estufa, todos la usan para las ollas. Quitas el sartén de los nopales y lo pones en donde caiga. Pones tu cacito en el fuego. Como las instrucciones dicen que hay que ponerle agua hirviendo, agarras tu vieja taza de plástico del Planeta del Tesoro y así mides el agua. Pruebas la gelatina mientras el agua se calienta. Sabe muy concentrada, ¿verdad? Y cuando el agua hierve, ya le pones la gelatina. Te divierte porque efervece y saca burbujitas.
Remueves la gelatina hirviente y apagas el fuego. Tiene un bonito color sangre, ¿o no? Por un momento imaginas que eres una bruja de la Edad Media, preparando una poción de sangre para tu vecino el vampiro.
Ahora el paquete dice que hay que ponerle dos tazas de agua fría. Agarras la taza de plástico otra vez y le pones el agua fría. La gelatina ya está preparada.
Buscas un cucharón de sopa en el cajón. Vaya vaya. El único que hay está metido en la sopa de fideos. Lo sumerjes un poco, porque te gustan los fideos y no te resiste s acomer fideos. Te los comes directamente del cucharón. Luego lo lavas.
Lo metes en la gelatina, que ahora está tibia. Sacas la taza de cerámica, porque la de plástico te gusta mucho ¿Y si se derrite con el calor de la gelatina y además te tragas un pedacito de plástico derretido? No, gracias. Sirves la gelatina, y te sientes que las posadas se han adelantado seis meses ¡Qué divertido! En realidad no hace frío como para tomar una bebida caliente; además es mediodía.
Pero a ti no te importa y se sientas a tomar tu gelatina caliete, como si fuera el té. A veces, se cuaja la gelatina en tus labios. Ya no parece sangre, parece Fanta sin gas. La disfrutas.
Luego tu hermana menor y tu mamá se van a cortar el pelo, al cortapelos. Porque a las peluquerías jamás les has dicho peluquerías, siempre les has dicho cortaperlos. Te encanta estar sola en casa. Tu mamá cree que estás estudiando para el examen del día siguiente: redes.
A nadie le gusta la clase de redes. Todos se quedan dormidos durante la clase. Como piedras, y como troncos. Por eso es una materia que... ¿cómo dijo el maestro? Sí, de alta reprobación. Lo que pasa es que es de alta reprobación porque todos se duermen. Y la materia es refácil e interesante. Pero a nadie le gusta. Sólo te gusta a ti. Eres como Bill Gates entre muchos jugadores de X-Box. Y por eso no estudias. Pero volvamos a la gelatina.
Por una hora eres la reina. Pones música de Gwen Stefani a todo volumen y tarareas Early Winter mientras te sirves otra taza de gelatina caliente. Luego prendes la computadora y con toda la calma del mundo, escribes recetas de gelatina caliente en tu blog.
Tan sólo esperas que alguien se ponga a leer tus tonterías y rarezas. No crees que a alguien le interese leer la historia de la gelatina caliente, pero a ti te parece divertida, asi que la publicas.

lunes, 22 de junio de 2009

Oh, no! Bichos en mi cuarto

Ayer saqué bichos de mi cuarto. Entraron porque soy una zanahoria, como le dice Mafalda a Susanita. Dejé la ventana abierta, y como hace mucho calor, los bichos entran. Subí ya para ponerme el piyama y ay. Algo volaba por ahí. Aterizó en la pared. Era un grillo.
Primero cerré la ventana. Luego voló a mi pierna. Ahí lo estuve mirando. Ottra vez voló, pero a la cortina, e iba subiendo poco a poco. Agarré el lapicero (un vaso viejísimo de Looney Tunes, que es de Sabritas y cambia de color con la temperatura) y vacié todo en mi cama. Cuando me estaba subiendo a una silla para alcanzar al grillo (que ya estaba hasta arriba), se cayó en la laptop. Guácala. To tapé con el vaso. Luego me dije que había que moverlo a una tapa. Dije, un disco no, porque se puede escapar por el hoyo. Un CD, va que va. Agarré el primero de la torre. Ya iba a pasar al grillo al CD cuando dije, nones, el de la portada es muy guapo. Le di la vuelta y ya atrapé al grillo. No iba a abrir mi ventana, a lo mejor había una cola de bichos esperando para entrar. Lo saué por otra ventana.
Luego descubrí que había un escarabjo pequeñito en la ventana, dormido. Lo tendría que mover un poco para volver a cazarlo con el vaso. Ahí estaban los plumones que había sacado del vaso. Uno verde, azul y café; agarré el café, porque era el único color feo. Moví al escarabajo con el plumón, despertó y lo atrapé con el vaso. Lo cerré con la caja del disco (con la cara del guapo vuelta abajo, por supuesto) y lo solté en la ventana.
No vi ningún bicho más, pero rogué por que no hubiera más. Tal vez hubiera una cuca. Espero que no. Desde hace como dos semanas, mi hermana le llora a mi papá ue mató una cuca con sus chanclas. No llora por la cuca, llora por sus chanclas; dice que están sucias de tripas de cuca y que papá las tiene que lavar.
Pero bueno, a ela nunca le ha pasado lo que a la vecina. dice que iba descalza por ahí, y pisó algo crunchy.
Pero a la vecina no le ha pasado como a mí. Se me subió una cuca a la cara.
Pero a mí no me ha pasado como a un amigo, dice que la cuca se le metió a la boca.
Deagghhhh!!! Fuchi
No hay que tenerles terror a los bichos, creo yo. En mi primaria salían muchos bichos: ratas, tarántulas, ratones, sapos, conejos e insectos de todo tipo. Un niño tenía un insecto palo que bailaba. Ah, y serpientes. Todavía tengo una piel de las que mudan en mi casa.
Lo único feo que me ha pasado es el piquete de una hormiga minúscula. No me preocupa, las hormigas son limpias. Dos piquetes de avispa y dos o tres de abeja. Una vez se me hinchó el dedo por un piquete de abeja y no lo podía doblar.
Lo feo de verdad ha sido algo en verdad espeluznante. Fue hace como dos años. Una araña grande y negra en el cuello. Mi mamá le dió un golpecito para que cayera en el lavadero (estabamos en el patio). Me dijo, no te preocpes, no es viuda negra, pero por si acaso la matamos. Fue con un palo para remover pintura. La volteamos ¡Oh, por Dios! ¡Un reloj de arena! Vaya vaya. Me pregunto que hubiera sucedido si desde el inicio supiera que era una viuda negra.

domingo, 21 de junio de 2009

Partido del 20 de junio. Un fracaso casi total

Otro partido horrible. Éste fue terrible, pues no jugamos bien. No hay nada que decir. Lo único rescatable es el gol olímpico que metió la super delantera.
Quedamos 10-3. Hemos roto nuestro propio récord de 9-0.
Qué asco. Jugamos más apestoso que la cloaca.

jueves, 18 de junio de 2009

Mis Pobres Libros

Vaya vaya con mis libros. Todos tienen algo roto. A veces, le echo la culpa a la encuadernación, y otras veces al uso. Rara vez me echo la culpa yo, a veces los abro demasiado para que estén planos.
Los de Roald Dahl no están tan mal. Como son cosidos, no se le han caído las hojas. Sólo estan un poco chuecos por el lado del lomo. Los he leído un millón de veces, hasta en una sentada.
El del Diario de la Princesa está en pasta dura. Tiene una de esas cubiertas delagditas delgaditas, que son como para envolver las pastas. Ésas están rotísimas, pero las pegue con diurex. Y desde la página 17 hasta la 42, las hojas estan de fuera y se caen.
No tengo los libros de Crepúsculo, pero si los tuviera los incluiría aquí.
El de Túneles, como sólo lo he leído una vez, no tiene nada.
Los demás libros, sólo se abren siempre en determinada página y tienen un poco arrugado el lomo.
Pero los que se llevan las palmas son los de Harry Potter. Del primero al cuarto, están en pasta blanda. No son cosidos, son pegados. Y están deshojadísimos. Hay uno que sólo son hojas. Una vez traté de arreglarlos con resistol, y no quedaron. Otra vez, se me cayeron todos del librero, y tuve que arreglarlos todos, hoja por hoja, libro por libro. Las pastas están para llorar. Del cinco al siete, los tengo de pasta dura. Al quinto se le cayó el lomo, pero lo forré para que no se vea feo. Al sexto se le cayó una pasta. La pegué, y también lo quiero forrar. Al séptimo no le ha pasado nada, porque es casi nuevo.
Pobres libros de Harry Potter. Tienen una encuadernación cero resistente a los fans desmedidos que ya perdieron la cuenta de las veces que los han leído. Ya sé que me eharán la culpa a mí, pero sólo conozco a una persona que no los tiene deshojados.

martes, 16 de junio de 2009

Partido del 14 de junio. El partido más aburrido y frustrante.

Deaghh!
Qué partido tan horrible. Faltó la súper defensa, la que dice "De aquí no pasa o no amenece mañana". Lo bueno es que fue todo el resto del equipo.
Al inicio nos fue bien. Le pasé el balón a la súper delantera y metió gol.
GOOOOOOL, gritaba la porra.
Luego, zaz, sucede la desgracia. Déjenme contarles mi versión. El baló iba por ahí y la portera contraria lo atrapó, pero lo soltó unos segundo antes de agarralo bien otra vez. Pues bien, esos tres segunditos fueron la desgracia. Me lancé por el balón para darle y a lo mejor meter gol de chiripa. Brinqué y choqué con la portera. Grité algo, porqi¿ue la cosa no funcionó; no le di al balón. Creo que le pegué con la cadera en el brazo a la portera y me caí con una vuelta. Estaba en el suelo, metida en la portería, boca arriba, mirando hacia el centro de la cancha. No sabía que había pasado, pero parecía que no había metido gol, pues nadie gritaba y todos me veían. Me levanté. El árbitro fue y me sacó la roja.
¿¡Que quéeeeeeeeee!? ¿y porqué yo, eh? Ah, pues por lanzarme contra la portera. Yo lo hice el partido pasado y me raspé la rodilla, y ni me dijeron pío. Vaya vaya. Good-bye cancha durante el partido. Y era el primer tiempo. No llevabamos ni diez minutos de veinticinco. Fue el partido más frustrante y aburrido. Frustrate porque contamos con una jugadora menos en el equipo. Aburrido porque me quedé en la banca.
Lo peor fue que el árbitro sólo marco como tres faltas del otro equipo, y las nuestras todas. Las contrarias jugaban sucio. Recuerdo que alguien iba con dos contrarias a los lados, directo a la portería. Qué hicieron? Se hicieron bolita frente a mi compañera.
Por suspesto que perdimos. 2-1. Podría haber sido peor. Además jugamos contra la que iban últimas en el torneo.

Vaya vaya. Que no nos vuelva a tocar partido con ese árbitro. Y en la revancha, que venga nuestra defensa.
Y mañana no amanecen!!!

sábado, 6 de junio de 2009

Animación y origami

No sé porqué, pero me encanta la animación. La animación por computadora, la animación tradicional, y el stop motion. Los masters de la animación por computadora son los de Pixar; los de la animación tradicional... hay muchos, podemos decir que Disney es alguien importante para la animación tradicional, y el master del stop motion es Tim Burton. Lo sé, dirán que a qué viene todo esto.

Bien, hay un par de figuras que me gustan mucho. Además de tener mucho que ver con animación, son figuras bonitas. Están bien diseñadas.




Chef Rat, por Nguyen Hung Cuong, doblado por él mismo. Ésta es la figura que envié esta año a OBC, y por ahí debe haber una foto en mi casa, pero no la he buscado. Un día de éstos la tengo que buscar.



Está basado en la película de Pixar, Ratatouille.


Luego está Wall-E, de Brian Chan, doblado también por él. Éste no lo he doblado yo, porque no sé descifrar CPs, pero tendré que aprender un día de éstos. Me muero de ganas de completar las últimas dos pelis de Pixar en origami.


Este par de figuras me encanta. Desde luego, estaría de pelos la versión origami de las pelis, animadas con stop motion. El combinar las cosas que te gustan creo que puede hacerlas padrísimas.

Young Art y la pérdida del papel especial

El papel de origami. Vaya vaya. es toda una experiencia encontrar un buen papel.
Está el bond, sí, pero ése lo uso para ensayar. Sólo sirve bien para figuras terriblemente sencillas. En las modulares, se resbala. El periódico, fuchi, te llena los dedos de tinta y al final todo queda más negro que no se qué. Porque, saben, en México no se vende papel de origami. Por eso he tratado con mucho papel. Con papel cebolla, y hasta con uno plastficado muy raro que no te deja marcar bien los plegues. También he probado con esos papeles que tienen como escamas pequeñitas, pero se estira. Actualmente uso papel para envolver regalos. Lo consigo en una pape de Plaza de las Américas que se llama Blue and White. Es el que he usado en los trabajos de OBC.
En realidad, sí hay papel de origami. Resulta que había unas tiendas en Querétaro que sí lo vendían. Se llamaban Young Art. Había una en Galerías Querétaro, en Plaza Galerías (no son el mismo mall, uno está en Constituyentes, y el otro en 5 de febrero), y en Plaza del Parque. Vendían plumitas y cuadernos, mochilas y lapiceros con plumas. Pero dentro del mar de cositas rosas, había papel de origami. No bromeo. Buen papel de origami. Koreano. La marca se llama Jonienara. Eran unas hojas pequeñitas, pequeñitas. Pero las tindas no duraron mucho :( La prmera en tronar fue la de Plaza Galerías. Después, la de Plaza del Parque; la conviertieron en una tienda de Converse. Me gustan los Converse, pero yo la verdad prefiero el papel de origami. Yo iba seguido a la tienda de Galerías. Ya hasta conocía a las que atendían, y le había regalado a la tienda un caballo de origami diminuto. Pero un día, al ir a comprar papel, oh sorpresa, ya no estaba Young Art, sino una tienda de bikinis.

Un día de julio

Hola. Soy Mariana. Al menos así dice mi acta de naciemiento.
Me gusta leer las novelas gráficas de Marjane Satrapi, Persépolis. Rayo la punta de goma de mis Converse. Una vez me caí en las escaleras. Me metí al equipo de futbol de la escuela. Pero este blog no trata de eso. Este blog trata sobre origami.

Era julio. Mariana, de cinco años, estaba terriblemente aburrida. Su hermana menor acababa de nacer. Decidió buscar un libro, entre los muchos libreros de su casa. Estaban los cuentos, los libros del cuerpo humano, los de palabras y algunos atlas. Y entre todos lo libros estaba...
Hola hola, un libro de origami. Vaya vaya. No es que fuera una novedad en especial. Pero era redescubrir al origami. Papá hacía origami y tenía un grillo de origami en una cajita. Mamá le había enseñado a Mariana cómo hacer una rana habladora, un barquito, un piano y un avión.
Mariana abrió el libro y fue por papel. Vil y vulgar papel bond. Seguramente de las formas continuas que antes usaban las impresoras. Le pidió a papá que cortara el papel para hacer un cuadrado. Cuando tenía dudas, Mariana le pedía a mamá que la saltase un paso. Dobló un cisne.
Mariana hizo origami todo el verano y llenó varias cajas con cientos de figuras. Había escacez de papel en su casa cuando entró a clases de nuevo.