martes, 28 de julio de 2009

El blog de Diego. Quinto capítulo

Ahora sí que me he retrasado. Pero como sabía que me oia a retrasar, no hay dibujo extra, jojojo. Es que se me van a acabar y no sé dónde está en escaner. X. Como sea les he traído un capítulo más, el quinto. A lo mejor este viernes tampoco puedo subir nuevo capítulo, así que no se ilusionen en que seré puntual como sucede en otros países (nunca en México)

Entrada del 21 de febrero
Desde que Diego supo toda la verdad sobre Frida, había cambiado mucho.
Cuando se enteró de que Frida era mangaka_princess, estuvo todavía más huraño y ermitaño de lo normal. No podía creer que dos personas tan diferentes fueran la misma en realidad.
Frida lo sorprendía, pues desde el primer día de clases, él la había tachado de cabezahueca. Sólo había que ver lo mal que se portaba con los rechas y los freaks. Su modo de vestir y su modo de hablar. Era ruda casi siempre. Pero le ganaba lo fresa y lo pesada.
mangaka_princess lo decepcionaba. No le entraba en la cabeza que una cibernauta tan cool fuera tan mala onda en la vida real. Era inaudito. Él creía que mangaka_princess era una freak como él.
Por eso estaba aún más ermitaño que de costumbre. Para empeorar un poco las cosas, él estaba enamorado de las doncellas y las princesas que dibujaba. Ahora sabía que esa persona existía de verdad y le costaba digerirlo. Desde antes, Diego estaba enamorado del físico de Frida y de la personalidad de mangaka_princess.
Entonces se dio cuenta de que la sorpresa de Frida equivalía a la decepción de mangaka_princess. Las cosas estaban equilibradas y no valía la pena enojarse. Volvió a reflexionar y se dijo que en realidad mangaka_princess no lo había decepcionado, sino también sorprendido. Frida había dicho que se portaba pesada en la escuela y que mangaka_princess era su verdadera personalidad ¿Cómo es que él podía ser indiferente? Además, Frida era más valiente que él. Explicó quien era según sus decisiones. Debían ser amigos en verdad. No es que fuera una obligación, pero Diego ya había comprendido que había que madurar y no ponerse moños.
En parte bromeando, se dijo que qué bueno que mangaka_princess era Frida. A lo mejor podría haber sido Sabrina, otra niña fresa de su salón. Y Sabrina era feísima. Diego no le hubiera creído a ella que era mangaka_princess; o más bien, no le hubiera querido creer.
La semana siguiente, Diego no avanzó tareas en recreo. Se acercó a Frida. Ella estaba sola. Sus amigas, al oír el rumor de que era la novia de Diego, le dijeron que tenía mal gusto. Que guapo era, sí; pero que era tan raro como un extraterrestre. Frida trató de explicarles que Diego no era su novio, pero fue en vano. Tuvieron sus enojos y no se volvieron a juntar.
Platicaron del blog, de la manera en que Diego dibujaba a escondidas y de que la sociedad del Colegio Roble amaba etiquetar a sus miembros. Resultó que Frida también dibujaba, y no solo eso, escribía. Nada de fanfics. Historias propias con sus propios personajes y sus propias ideas. Le propuso a Diego que un día él intentara escribir un cuento.
Desde ese día se volvieron amigos. Modificaron su papel dentro de la sociedad escolar. Ahora eran una de las parejas más famosas del Colegio Roble. El equivalente a Brad Pitt y Angelina Jolie en el mundo de la farándula. Pero no eran novios, sólo amigos. Aunque se lo decían a todo el mundo, no les creían. Les llamaban los Dos fabulosos.
Diego ahora era más social. No se escondía en su concha. Al menos no tanto. En recreo platicaba con Frida y ya no se sentaba solo en clase. Durante historia se sentaban juntos hasta atrás y se escondían detrás de los libros para dibujar. Diego le había explicado a Frida el truco de los resúmenes, pero cuidaban de modificar un poco los puntos del libro para que la maestra no creyese que se copiaban entre ellos. Frida también había abierto un blog de dibujos, y de vez en cuando subía capítulos de la historia que estaba escribiendo.
También salían los viernes. Como amigos, iban al cine a ver películas de ciencia ficción y fantásticas. También se juntaban en casa de Diego a jugar cuchara con su familia. Cuando Frida le enseñó el juego a Diego, le pareció muy salvaje. Pero pronto él volaba sobre la mesa para ganar la última cuchara. A veces iban a un café y en una ocasión ¡fueron al festival de manga de la ciudad!
¡Una superheroína! (yo, ¿ya viste la M?)

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